sábado, 16 de octubre de 2010

Aliseda


Aliseda

Tras la conquista de Cáceres en 1229, al amparo de su fuero de población y de conquista, surgieron una serie de aldeas que constituyeron el sexmo de Cáceres, entre ellas la aldea de Aliseda, que por su situación y fertilidad de su suelo creció rápidamente.


Al ser lugar de tránsito, por su puerto natural, ya que era el único pueblo entre Portugal y la villa de Alburquerque, sufrió las consecuencias de las guerras de 1386 y 1397 sostenidas por Don Juan I de Portugal. Fue saqueada, quemada y destruida por la hueste del condestable Don Nuño Álvarez Pereira, conocido como el duque de Alburquerque, hasta el punto de que únicamente quedaron cinco casas.


El 1426 recibió del Concejo de Cáceres “la Carta”, merced que eximió a Aliseda de pagar tributos para procurar su repoblación; tales privilegios los confirmaron Juan II en 1429, los Reyes Católicos en 1486 y los posteriores monarcas hasta 1760, cuando Carlos III le concedió el marquesado de Aliseda a Doña Isabel de Moctezuma.


En 1809 y durante unos meses, debido a la guerra de la Independencia, Aliseda fue residencia de la Real Audiencia Territorial.


Desde el siglo XVIII hasta la actualidad se han sucedido varios hallazgos arqueológicos que indican un origen de Aliseda muy anterior al siglo XIII. En 1790 se encontró una cabrita de bronce relacionada con la diosa indígena Ataecina y monedas romanas y griegas. En 1920 se halló un tesoro tarteso con 354 piezas, que según las interpretaciones podría corresponderse con el ajuar de una dama. De especial interés son cinco sepulcros antropomorfos llamados vulgarmente las tumbas de los moros, de los cuales se puede decir poco por la ausencia de restos a su alrededor, y por último, en 1995 se encontraron restos arqueológicos de un poblado protohistórico en la Sierra del Aljibe. En definitiva, estos hallazgos nos confirman el paso por Aliseda de varios poblados de siglos anteriores a Cristo.

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